Ciudadanos hace balance del Pacte del Castell
Un año después del Pacte del Castell del equipo de gobierno, Socialistas y Compromis presentaron el viernes un balance anual del trabajo realizado, cifrando el nivel de ejecución en un 70%.
Los concejales de Ciudadanos han calificado el balance de ridículo asegurando que «no es más que una puesta en escena que no refleja la realidad”. Así han señalado que en los cálculos del ejecutivo han confundido pedir un Área Sociosanitaria con tenerla o un «panfleto» de 20 páginas con un Plan General. Para C´s los únicos avances han sido gestos en lo social, como el Pacto Antideshaucios, del que no se ha producido ninguna reunión desde su creación, los concejales de barrio que no han solucionado nada, o la creación de un millar de consells participataius.
Tanto Mari Martínez como Sergio Benito coinciden en señalar que el fracaso del ejecutivo a la hora de conseguir realidades va a ir aflorando con el tiempo, paso a paso a través de la maraña de campañas publicitarias institucionales que funcionan como una cortina de humo. Para C’s los verdaderos proyectos que reactivarían la economía local y por lo tanto el empleo, como los proyectos del plan confianza, el plan general o el área socio sanitaria siguen sin ver la luz.
Para los ediles no se han ejecutado las necesarias y profundas reformas en la gestión del Ayuntamiento que resten grasa y agilicen los trámites a los ciudadanos y han puesto como ejemplo de la construcción de las nuevas oficinas de Medio Ambiente que siguen sin terminar seis meses después de su inicio, las colas ante la ventanilla de Urbanismo, o el encogerse de hombros en respuesta a la solicitud de información.
Además para la formación naranja no se entiende que un tema de gestión, como es cuadrar las cuentas del Ayuntamiento no haya sido prioritario, y a día de hoy se gaste más de lo que se puede en campañas publicitarias y viajes protocolarios, cuando en la anterior legislatura los mismos que ahora gobiernan se deshacían en críticas.
Finalmente Martínez y Benito han destacado la escandalosa diferencia entre exigir un puerto autónomo en sus programas y la realidad como bloquear el cobro de una tasa a puertos, limpiarle las terrazas por «una propina» o hacerles la pelota a cada visita mientras siguen privatizando cada metro cuadrado del puerto.