El Departamento de Salud de Dénia trabaja para estrechar la colaboración entre Centros de Salud y farmacias
El Departamento de Salud de Denia lleva tiempo trabajando para mejorar el grado de colaboración entre los Centros de Salud y las Farmacias, al objeto de lograr que los pacientes hagan un uso más seguro y responsable de los medicamentos. Lo ha hecho a través de charlas y distintas campañas y, a día de hoy, continúa promoviéndolo organizando y colaborando en otras iniciativas.
Una de ellas es la tesis doctoral del farmacéutico ondarense Fernando Mud sobre la “Mejora de la prescripción en mayores de 65 años tras la detección de prescripciones potencialmente inapropiadas u omitidas utilizando criterios STOPP/START”, desarrollado bajo la dirección del jefe del Área Clínica de Farmacia, Formación, Docencia e Investigación del Departamento de Salud de Dénia, Jaime Poquet. Una parte del trabajo se presentó a las “XXV Jornadas de la Comunidad Valenciana sobre Hipertensión Arterial y Riesgo Vascular”, obteniendo el premio a la mejor comunicación del congreso.
El jefe del Área Clínica de Farmacia, Formación, Docencia e Investigación del Departamento de Salud de Dénia, Jaime Poquet junto al farmacéutico Fernando Mud.
Se trata de un estudio que se ha efectuado en colaboración con la Facultad de Farmacia de la Universidad de Valencia y en el que han participado médicos del Centro de Salud de Ondara y las dos farmacias con las que cuenta actualmente el municipio. En sus conclusiones, Fernando Mud subraya que la implicación del farmacéutico comunitario en la revisión de la medicación ayuda en la detección y resolución de problemas, siempre que exista una relación directa con los médicos de Atención Primaria.
Prescripciones inapropiadas u omitidas y duplicidades
Para obtener datos y desarrollar su investigación el farmacéutico ondarense eligió una muestra de población en base a tres variables: pacientes que tomaran más de tres medicamentos, que tuvieran su médico en Ondara y que, al mismo tiempo, fueran mayores de 65 años.
El farmacéutico Fernando Mud, comprobando la prescripción de una paciente
Bajo estos tres requisitos, detectó que el criterio STOPP (medicamentos que los pacientes están tomando pero que, por las características de esa persona, deberían interrumpirse) más detectado fue el uso prolongado de Benzodiacepinas, fármacos para poder conciliar el sueño, es decir, ansiolíticos, cuya prescripción máxima es de un mes porque producen riesgo de sedación, caídas o confusión, aunque la gente continúa tomándolos de forma prolongada. Ello se identificó en 243 del total de 983 pacientes estudiados, lo que supone un 25%. Para Mud “también llama la atención en los STOPP que 96 pacientes (10% de la población estudiada) sin problemas gastrointestinales graves consume fármacos IBP (ej. Omeprazol) a dosis altas durante más tiempo del indicado”.
En cambio, el criterio START (medicamentos que el paciente debería tomar según su patología, pero que no están prescritos por el médico) más detectado fue la falta de inhibidores 5-alfa para problemas crónicos relacionados con la próstata, identificado en 96 pacientes del cómputo de 983 estudiados (un 10% de la muestra). Para el autor de la tesis, otro dato interesante en los START es que 84 pacientes (8,5%) con osteoporosis conocida y/o fracturas por fragilidad previas y/o densidad mineral ósea con T inferiores a -2,5 en múltiples puntos no llevan prescritos el tratamiento adecuado, bien por falta de suplementos de calcio y vitamina D o bien por la no prescripción de fármacos Antirresortivos o anabolizantes óseos.
Los datos obtenidos permitieron concluir que más de la mitad de los pacientes presentaron alguna posible prescripción inadecuada y que cerca del 5% presentaba al menos una duplicidad entre sus prescripciones. Además, del total de problemas relacionados con la medicación, previamente analizados y notificados, se hicieron cambios sólo en un 11’2%.
Según explica la tesis, es necesario por tanto incrementar la colaboración entre Atención Primaria-Especializada-Farmacia Comunitaria para detectar posibles prescripciones inapropiadas u omitidas, hacer correcciones y llevar a cabo actualizaciones según la patología y necesidades de cada paciente para corregir duplicidades y otros problemas.
La farmacia comunitaria, una pieza fundamental
Según el doctor Poquet, la realización de una tesis doctoral como la de Mud, que ha aplicado los criterios STOPP-START en el ámbito de una farmacia, “ha permitido obtener unos resultados que mejoran la farmacoterapia, y por lo tanto, la efectividad de los tratamientos”. Poquet ha subrayado que la farmacia comunitaria “es el primer contacto con el sistema de salud que tienen los pacientes”, por lo que el farmacéutico “es una pieza fundamental en la detección de medicamentos que deberían interrumpirse, aplicando los criterios STOPP, o detectando las necesidades terapéuticas no cubiertas, aplicando los criterios START”.
Poquet no ha dudado en señalar que el farmacéutico comunitario “es el profesional indicado para esta valoración, siempre que aporte el valor de sus conocimientos y experiencias al acto de la dispensación”. Poquet también aboga por crear más proyectos que incentivaran estas prácticas. Por ejemplo, y apunta, que los farmacéuticos de farmacia pudiesen cambiar presentaciones farmacéuticas, manteniendo la dosis inicial, ante desabastecimientos (por ejemplo: comprimidos por sobres) y así evitar que el paciente haya de ir de nuevo al centro de salud para realizar una nueva receta, con las molestias que ello le comporta y la sobrecarga de trabajo que implica para el propio facultativo del Centro de Salud.