El viento provoca la caída de los cristales del balcón de un quinto piso
Afortunadamente todo ha quedado en un susto, aunque las consecuencias podrían haber sido terribles si los cristales, que esta tarde se han desprendido de una balconada, hubieran alcanzado algún transeúnte. Y es que sobre las cinco de la tarde, la tranquilidad de los vecinos de la plaza de la farmacia Romany, se ha visto sobresaltada por un gran estruendo. Los tres cristales que adornaban el balcón del quinto piso de la finca adyacente se han precipitado al vacío. Al parecer una fuerte ráfaga de viento ha levantado bruscamente los enganches de un toldo favoreciendo que el pasamano del balcón cediera y los pesados cristales se descolgaran cayendo bruscamente sobre la cera.
El gran estruendo que ha provocado la rotura de los cristales ha alarmado a todo el vecindario, menos a los inquilinos del piso a los que les ha avisado un vecino. En el momento del suceso, la propietaria del inmueble no se encontraba en su domicilio, al que había prestado a unos amigos para sus vacaciones. Unas vacaciones que comenzaban unas horas antes del accidente y que como ellos mismos han explicado, «ha sido un gran susto pero todo ha quedado en una anécdota».
Los cristales del balcón, que se han desprendido según las primeras hipótesis como consecuencia del fuerte viento, y al caer sobre la cera han levantado una gran humareda que ha dejado atónitos a los trabajadores de la farmacia Romany que como han explicado a Tvdenia.com en un primer momento han creído que se trataba de la carga de un camión que había volcado pero cuando han salido a la calle han comprobado que se trataba de tres grandes placas de cristal de uno de los balcones de la finca que está justo encima de la farmacia.
Hasta el lugar de los hechos se ha desplazado una patrulla de la Policía Local, que ha abierto un expediente y ha alertado al resto de vecinos del inmueble sobre las posibles causas del suceso con el objetivo de impedir otro siniestro similar. Dos horas después, y después de que el seguro de la vivienda comprobara los daños, un equipo de Urbaser retiraba los restos de cristales para evitar daños mayores, pues a escasos tres metros del lugar donde han caído los cristales existe un parque infantil muy concurrido por las tardes.