Opinión Intersindical Salut Denia «El Comisionado desaparecido»
A menos de un mes de su nombramiento el Comisionado de Denia se va a un congreso de farmacéuticos.
No tenemos cien días, o al menos no tenemos otros cien días de gracia para darle al nuevo comisionado de Denia. La Conselleria de Sanitat que lo nombró ya se encargó de dilapidarlos. El tiempo apremia, y para nuestra desgracia el comisionado también se está encargando de acabar, en un tiempo record, con las pocas expectativas que había creado su nombramiento.
En la primera toma de contacto que Intersindical Salut Denia mantuvo con el comisionado el pasado día 15 de octubre le transmitimos todas las ansiedades, la frustración, y el malestar de los trabajadores y de los usuarios de Marina Salud. Le propusimos una serie de medidas urgentes, las mismas que llevamos reivindicando desde hace tiempo: apertura de la sala de hospitalización, desmontar la Unidad de Alto Rendimiento, poner en marcha la USMI, etc. También le hicimos ver la necesidad de reforzar la Unidad del Comisionado con personal formado específicamente para poder asumir la tarea de controlar a la empresa y llevar adelante las auditorias necesarias. En concreto le propusimos la contratación de un informático, un facultativo y un técnico de gestión especialista en temas económicos.
El comisionado reconoció no conocer la realidad del departamento por lo que dijo que se ‘informaría’ de todo aquello que le estábamos poniendo sobre la mesa como necesidades acuciantes. Por otro lado demostró un desconocimiento evidente del Pliego de Condiciones Administrativas, herramienta fundamental para hacer cumplir sus condiciones a Marina Salud. Solamente estos dos hechos ya cuestionan extraordinariamente la idoneidad de su nombramiento. Pero tal vez lo peor no sea eso sino el hecho de que según él, la figura del comisionado no es un órgano ejecutivo ni político sino que su función en este departamento es básicamente la recogida de datos, hacer que se cumplan los protocolos y la transparencia. Tampoco ve la necesidad de contratar personal técnico cualificado que le ayude en su ingente tarea. Desconoce el hecho de que Marina Salud esté operando pacientes privados saltándose las listas de espera, tal y como denunció el diputado Josep Nadal hace pocos días, a pesar de que ya le advertimos que esto venía sucediendo desde hacía tiempo.
A decir verdad, en la primera reunión el comisionado nos causó una muy pobre impresión, pero aún así decidimos darle un ligero margen de confianza. Hoy, tan solo dos semanas más tarde, nos enteramos de que está en Santiago de Compostela en un congreso de farmacéuticos. ¿Tan sobrado se siente que puede ausentarse unos días sin que pase nada? Según nos han confirmado todavía no ha hablado con los profesionales del hospital, ni ha hecho una presentación pública de intenciones, por no salir no ha salido ni en la página web de Marina Salud. Hay gente en el hospital que todavía pregunta ¿pero ya hay comisionado nuevo? Sí, pero está missing.
Mientras Marina Salud ejerce una violencia estructural asfixiante sobre los trabajadores y sobre los ciudadanos, mientras la empresa que nos impuso la derecha más cavernaria de este país como gestores de nuestra sanidad sigue haciendo caja a nuestra costa, mientras pacientes privados se operan con trato preferente en nuestro hospital público comarcal, el que se supone que ha venido a tutelar nuestros derechos se va tan campante a Santiago a un congreso de farmacéuticos demostrando de forma patente cuáles son sus verdaderos intereses.
El pasado martes, en otra de esas macroreuniones que le gustan a la Honorable Consellera de Sanitat, Carmen Montón volvió a decir que no esperemos una reversión, que el contrato se termina en 2023 y que no hay intención de rescindirlo antes. No lo dijo con estas palabras, pero es como anunciar que no piensa cumplir con el Pacto del Botànic. En Intersindical Salut Dénia empezamos a tener la sensación de que el mensaje que está intentando transmitir el equipo de la Consellería es que será Marina Salud con policía bueno o con policía malo. La cuestión es que al policía malo ya lo conocíamos, y que el policía bueno todavía tiene que demostrar que además es listo. De momento no parece que sea tan listo como para convencer al público de sus bondades. Y el tiempo apremia.