Salen a la luz restos de una vivienda andalusí del siglo XII, fragmentos de yesería con epigrafía árabe y unos graffitti del siglo XVII
La rehabilitación de un inmueble en la calle Ramón y Cajal número 8, protegido en el Catálogo Integral del Patrimonio municipal, ha sacado a la luz una gran cantidad de restos arqueológicos que han superado con creces las expectativas del Servicio Municipal de Arqueología. Los trabajos han permitido documentar la la existencia de dos viviendas de época islámica (siglo XII), una totalmente arrasada y otra en buen estado de conservación, y trazos de una calle que transcurriría paralela a la actual Ramón y Cajal. De la vivienda se conserva parte del patio y una crujía con dos dependencias. El pavimento es de ladrillo dispuesto en forma de espiga. Los indicios apuntan a que en el centro del patio existió una jardinera central con fuente, aunque ésta última no se ha encontrado.
Además se han localizado unos fragmentos de yesería utilizada con toda probabilidad para cubrir y ornamentar los arcos de los portales de las estancias de la casa. Estas veintidós piezas, que se encuentran en proceso de limpieza, “son un verdadero tesoro para el Museo Arqueológico” según ha apuntado el jefe del Servicio Municipal de Arqueología, Josep Antoni Gisbert. Los fragmentos de yeso contienen grafías árabes que, según una primera valoración de un arabista experto, presentan divisas que hablan de suerte y paz. Gisbert ha añadido que yeserías de estas características pueden encontrarse en el yacimiento arqueológico de Siyâsa, en la población murciana de Cieza.
Por último, los trabajos de saneado de las paredes han desvelado la existencia de unos graffiti del siglo XVII con imágenes de una barca catalana o llaüt, con gran vela triangular, acompañada por una especie de calendario en el que los autores iban marcando el paso de los días, los meses, o las estaciones mediante rayas pintadas en la pared. El personal del Servicio de Arqueología ha realizado el calco de estas inscripciones para un mejor estudio de las mismas. El graffiti se exhibirá en su pared original, al igual que se mantendrán intactos el arco de medio punto de la entrada al inmueble y la otra arcada de tiempos de Felipe III (siglo XVII) que se conserva en el interior de la casa. Esto es posible gracias a que la actual propietaria de la casa, Irina Davidoff, ha asegurado que todos estos hallazgos se van a conservar “al máximo” por constituir parte del patrimonio de la ciudad.