Tras unas reparaciones queda a la vista el suelo original del Cementerio Municipal de Dénia
El Ajuntament de Dénia ha realizado la reparación del pavimento del vestíbulo del acceso principal al cementerio municipal. La pavimentación presentaba grandes irregularidades y desniveles provocados por las raíces de los ficus que se alojan en la entrada del recinto. Ante la necesidad de nivelar la superficie de este sector, la Concejalía de Cementerio, dirigida por Pepe Doménech, ha propiciado las obras de reparación, que se han desarrollado bajo la supervisión del Servicio Municipal de Arqueología.
El cementerio de Dénia se construyó en las afueras del casco urbano alrededor de 1813, en la partida de Madrigueres sur, al lado del camino de Xàbia y Gata en Dénia que, desde entonces, toma el nombre popular de “camino del Cementerio”. Ocupa una parcela casi rectangular, que con los años ha ido extendiéndose hacia el oeste y hacia el sur, llegando actualmente hasta el Camí del Saladar.
El cementerio tiene en el centro del muro norte el acceso histórico (actualmente hay otros). Se trata de un hueco decorado en lo alto por un frontón mixtilíneo. El acceso da a un vestíbulo que contiene una capillita enfrente, flanqueada de sendos arcos rebajados que dan al recinto cementerial.
El vestíbulo, igual que la capilla, presenta pavimento de baldosa hidráulica, en blanco y negro, con una cronología de principios del siglo XX, con los graves desperfectos referidos. La intervención ha permitido documentar, por debajo del pavimento hidráulico y en la parte que enfrenta la capilla, un pavimento de baldosa de barro, rectangular, con digitaciones en la superficie y dispuesta “a la mezcla”. En los laterales, las baldosas de pavimentación no presentaban digitaciones superficiales y estaban dispuestas a matajunta.
Según estas circunstancias, se puede inferir que el cementerio municipal fue originalmente construido con un acceso directo a través del espacio que hoy ocupa la capilla. Durante la reforma y ampliación desarrollada bajo los auspicios de María Josefa Morand Cardona, en 1843, se construiría la capilla y se crearían los dos accesos laterales como los conocemos actualmente, que fueron pavimentados con otras baldosas y otro patrón de enladrillar. Con posterioridad, se regulariza la superficie con baldosas hidráulicas que siguen un patrón sencillo de cenefas, propio de las primeras décadas del siglo XX.
El Servicio Municipal de Arqueología ha procedido a la extracción controlada de los pavimentos de baldosa hidráulica y de barro para proceder a la eliminación de raíces y acondicionar el terreno mediante una lechada de 10 centímetros de grosor de hormigón armado con fibra, para aislar los niveles de pavimentación respecto del suelo y de posteriores raíces que pudieran crecer. Se ha llevado a cabo la recolocación de ambos niveles de pavimentación siguiendo el patrón exacto de antes de la extracción. Entre los dos niveles de pavimentación, pavimento de baldosas de barro e hidráulicas, se ha dispuesto una lámina de impermeabilización para impedir el ascenso por capilaridad de humedades hacia el pavimento superior. Finalmente, se han instalado dos “ventanas” de vidrio de seguridad, de 2 centímetros de grosor, que permiten al usuario la visualización simultánea de los dos niveles de pavimentación.
La intervención ha permitido también confirmar la existencia en el solar del actual cementerio de un centro alfarero que produciría cerámica entre los siglos XII y el primer tercio del siglo XIII. Una intervención de adecuación desarrollada en 1992 en el sector denominado “cementerio de los protestantes” proporcionó vestigios de un horno cerámico, así como una buena representación de la producción.