Antonio Perles: «¿Queremos inversiones deportivas para justificar mandatos o proyectos de futuro?»
En la actualidad, las instalaciones deportivas existentes en Dénia, son el fruto de políticas aplicadas en el transcurso de los años por distintos gobiernos municipales, dichas instalaciones se muestran inconexas y sin aparente previsión de futuro entre ellas. Es necesario que las próximas actuaciones surjan del análisis y del diagnóstico, de la proyección poblacional y de la deportiva de futuro.
En la actualidad muchos ciudadanos se preguntan: ¿Cuál es la política deportiva municipal que se sigue?, ¿cuáles son las prioridades a la hora de actuar por parte de la administración?
Es muy difícil que una gestión sea viable y responda a los principios de sostenibilidad, economía, eficacia y eficiencia, si en la mayoría de las ocasiones las instalaciones se siguen construyendo de forma intuitiva, por comparación con lo existente en otros sitios; o bien son el resultado de las “sabidurías” de algún responsable político, del técnico o del arquitecto de turno; o son fruto de las fechas próximas a los comicios electorales.
El mejor ejemplo de todo esto lo encontramos en el anuncio, hace pocos días, del concejal de Servicios Económicos, Vicente Chelet, de cerrar con puertas el tramo del Camí del Regatxo que discurre paralelo a la pista de atletismo y tumbar el muro divisorio que la separa del vial, de manera que quede un recinto completamente cerrado. Según manifestó el propio Chelet, estas obras tendrán un coste de 237.000 euros, IVA incluido.
A todo esto, habría que añadir que de poco ha servido la opinión de un amplio sector de la población que considera prioritario reparar la pista de atletismo, ya que debido al desgaste y ante la falta de mantenimiento es posible que se tenga que reconstruir por completo en poco tiempo. Esto podría suponer un coste de 180.000 euros para la población. Otra demanda solicitada es la de remodelar el pabellón, ya que es una instalación con bastantes años y surge la necesidad de adecuarla a las nuevas demandas. Todo esto hace que la calidad del servicio percibido por los ciudadanos sea muy pobre.
A mi modo de ver, cualquier instalación debe nacer para dar respuesta a demandas existentes y manifiestas de los ciudadanos y no para cubrir urgencias de última hora, debido a la mala gestión llevada a cabo por la administración en los últimos años en Dénia. Ante las próximas elecciones municipales, les surge la necesidad de justificar de alguna manera su mandato.
Las instalaciones deben ser consecuencia de la planificación deportiva y deben estar integradas en el plan director a medio y largo plazo. Las medidas que se están planteando por parte de la actual administración pueden ser un problema en el futuro, si se aplican sin la necesaria reflexión y sin prever sus efectos.
Los ciudadanos exigen que sus impuestos se vean traducidos en unos servicios de calidad. El reto de mantener un servicio óptimo obliga a estar inmersos en un proceso de mejora continua y abordar el enfoque de la calidad apuntando principalmente a la satisfacción de la población y no al interés propio de algunos.