Balance anual de Ciudadanos Dénia

A  la  hora de hacer un  balance  de año, la excepcional situación creada por la COVID-19,  requieren de un enfoque diferente para analizar este trágico e incluso traumático 2020.

En primer lugar, a nivel local lo mejor del año, es de destacar la responsabilidad de los vecinos de Dénia durante los días de confinamiento, convirtiendo la ciudad en un lugar prácticamente libre de coronavirus, en la primera ola de la pandemia. Con  eso nos quedamos del 2020, la responsabilidad de los ciudadanos en el cumplimiento de unas normas, para las cuales no estábamos preparados.

Desde ese punto de partida en Ciudadanos nos pusimos manos a la obra, con multitud de reuniones que derivaron en unas propuestas que derivaron en un  Decálogo de medidas para la reactivación económica  y social,  que fueron  prácticamente  incluidas  todas en el  plan  de ayudas definitivo  del Ajuntament de Dénia.

Eso ha generado el  reconocimiento  creciente  de nuestro trabajo  como   partido  de propuestas  y políticas útiles. Trabajamos para todos olvidándonos de partidismos absurdos, que anteponen sus intereses políticos particulares a los de los ciudadanos.

Y, la verdad, es que poco  más se puede destacar del año que termina.

Respecto a lo negativo del año, a nivel político, no podemos obviar las actitudes totalitarias del equipo de gobierno. Todavía no ha entendido el equipo de gobierno del PSPV que, en esta situación extraordinaria,  debe olvidarse de programas partidistas  y centrarse primero en los ciudadanos. En realidad,  deberían hacerlo  siempre,  pero son políticos  tradicionales  y no  acaban de entender que estamos en el  siglo  XXI, donde las  políticas  de bloques  son un  auténtico  anacronismo,  más aún cuando incorporan tintes cortoplacistas enfocados únicamente al beneficio electoral.

No pueden estar pensando en las próximas elecciones en lugar de en los problemas actuales de los dianenses. Mucho  nos tememos que, para cuando lleguen las próximas elecciones, Dénia se encuentre en la ruina total, y sus previsiones se queden fuera de contexto, viendo además que otros ayuntamientos de su mismo color político y no muy lejos de aquí, están tomando medidas reales de ayuda a los autónomos, comerciantes y hostelería. Eso la gente lo percibe en estos momentos tan críticos y se ven en la necesidad de preguntarse: ¿porque en Dénia no se toman esas medidas y en Xàbia se decide salvar primero a las personas?

Otro  ejemplo claro, es la peatonalización de la Calle Marques de Campo. Uno  puede estar a favor de esta medida, de hecho, nosotros podemos estarlo, pero la manera en la que se está llevando a cabo ahora no es realista ni oportuna. La tremenda convulsión económica que están sufriendo los

comercios, los negocios y despachos del centro de Dénia no puede ser ignorada por planteamientos políticos que se alejan de la realidad del día a día. La peatonalización de nuestra ciudad es un objetivo deseable, con  toda seguridad, pero requiere de una labor planificadora, formativa y de apoyo real por parte de los gobernantes, a los posible afectados por la medida. Es el equipo de gobierno el que debe crear el entorno idóneo para que ese objetivo se pueda llevar a la cabo sin tensar y destruir, todo  el  tejido  económico  de la  zona. Primero  se deben buscar soluciones  realistas  al  transporte público  en la  zona y la  creación  de plazas  de aparcamiento  próximas.  Se debe crear un  marco legislativo e impositivo idóneo para que sea atractivo establecerse en un centro urbano peatonalizado y ser absolutamente proactivo y dialogante con  las medidas a tomar antes de imponer la peatonalización.

A nivel  supramunicipal,  desde la  Diputación  de Alicante  Ciudadanos  está  trabajando  para que de verdad sea la  “Dipu  de los  pueblos”,  distribuyendo  equitativamente  los  recursos de los  que se dispone.  Desde la  delegación  de Infraestructuras,  dirigida  por  el  partido  naranja,  se ha inyectado grandes cantidades de fondos para mejorar la vida de los vecinos de Dénia. A lo mejor algún concejal con  cargo de alcalde  debería de pensárselo  bien  cuando vota en contra de que lleguen  a Dénia nuevos recursos, y explicar en calidad de que ejerce el voto, si como  alcalde de su pueblo, o concejal del ayuntamiento de Dénia. No se puede está tomando decisiones que perjudiquen a los dianenses porque consideras que a tu pueblo no le han dado lo que él quiere. O votamos como  alcalde o como concejal, las dos cosas son imposibles, y si su voto perjudica a los dianenses, debería pensar en ser solo alcalde, dejando su puesto de concejal a personas que de verdad se ocupen de las necesidades de los vecinos.

A nivel  autonómico,  el  grupo Ciudadanos  en Les  Corts, ha trabajado  para que una reivindicación histórica  en la  ciudad,  se llevara  a cabo, como  es que se reinviertan  en el  puerto de Dénia,  los recursos que genera. Con  la moción que presentamos en el Ayuntamiento, y el trabajo realizado del diputado  en Les  Corts Toni  Woodward se ha conseguido  incluir  en los  presupuestos del  2021  la partida económica que le corresponde al puerto de Dénia, cerca de 1 millón de euros.

De cara al  2021, desde Ciudadanos  esperamos en primer  lugar,  que los  vecinos  de Dénia  sigan luchando contra el Coronavirus con  más fuerza si cabe para que pronto lo podamos derrotar. Y al equipo de gobierno del PSPV, que levante el pie del rodillo con el que nos ha sometido a la oposición hasta el día de hoy.  No sabemos si la huelga en la Residencia de Santa Lucia le ha hecho darse cuenta  que  debían cambiar  su actitud,  esperemos  que sí. En  infinidad  de veces, les  hemos transmitido  que, con  diálogo  y negociación,  podrán contar con  Ciudadanos,  pero es muy  difícil cuando ya te dan la cosa hecha y cerrada, sin opción a negociación ni enmienda, con una sensación de que les  da igual  lo  que les  digas,  porque como   sabe que tiene  mayoría, no  necesitan  a la oposición. Esa actitud está calando en la ciudadanía y lo peor que se le puede achacar a un político, es la soberbia y la falta de dialogo.

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