El Laboratorio Marino (MarLabUA-Dénia) de la Universidad de Alicante constata el “Efecto Reserva” en el Cap de Sant Antoni

Si queremos asegurarnos el futuro de la pesca, creemos reservas marinas en un tercio del mar, se pescará más y con menos esfuerzo

La Dirección General de Pesca de la Conselleria de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Generalitat Valencina, en el marco del programa Operativo Español FEMP ha financiado el proyecto “OBSERMAR Dénia-Jávea” de la Universidad de Alicante en el seno de la convocatoria del Grupo de Acción Local de Pesca de la Marina Alta (GALP La Marina). Este estudio se realiza tanto en el Campus de Sant Vicent del Raspeig como en las instalaciones del Laboratorio Marino UA-Dénia (https://web.ua.es/marlabdenia) (mencionar que las instalaciones en Dénia se denominaban anteriormente “Estación Científica Montgó-Dénia”). Este laboratorio depende del Instituto Multidisciplinar para el Estudio del Medio “Ramon Margalef” de la Universidad de Alicante, que aglutina a más de 50 doctores en diferentes disciplinas científicas, desde la biología molecular, la genética, la biología pesquera y ecología marina y terrestre, la contaminación, la geología o las matemáticas aplicadas, entre otras.

El proyecto OBSERMAR Dénia-Jávea analiza multitud de parámetros (desde calidad del agua, pasando por la abundancia de diferentes especies de interés comercial). Tras numerosas inmersiones realizando censos visuales de peces tanto en la Reserva de Interés Pesquero del Cap de Sant Antoni como en zonas situadas al Norte (playa de les Marines en Dénia) como al Sur (bahía de Jávea y Portitxol), se ha constatado el “efecto reserva” de esta área protegida sobre numerosas especies de peces, tanto aquellas de interés comercial como otras, que aunque no tenga aprovechamiento directo por nuestra parte, son parte del ecosistema marino y sirven también como alimento a otras especies de peces que sí que tienen interés comercial.

 

Entre los resultados obtenidos destacan que dentro de la Reserva podemos ver más especies (17 especies de media por transecto, frente a las 12 especies de fuera de la reserva) y una abundancia y peso total de ejemplares también mayor en la Reserva. Los resultados muestran que fuera de la reserva hay la mitad de individuos que dentro de la reserva (~300 indv/100m² fuera de la Reserva y ~600 indv/100m² dentro de la Reserva), y si nos centramos en el peso total de peces, fuera de la reserva oscilan entre 0.1 y 0.5 kg de peces/100m² pero dentro de la Reserva llega a valores de 3.3 kg/100m². Además los individuos dentro de la Reserva son entre un 50% y un 200% más grandes que fuera de la Reserva.

Figura 1. Buceador realizando un transecto para censar peces. Foto: Virginia Pachón y John Y. Dodson.
Figura 2. Tablilla en papel poliéster apuntando las especies observadas y sus tamaños. En la imagen se aprecia un grupo de salmonetes. Foto: Virginia Pachón y John Y. Dodson.

Las especies más comunes encontradas dentro y fuera de la reserva fueron la castañuela (Chromis chromis) -especie que forma grandes grupos, de hasta 300 individuos- y la doncella (Coris julis). Respecto a las especies comerciales de mayor interés, se identificaron 9 especies dentro y tan sólo entre 4 y 6 especies fuera de la Reserva (incluyendo denton, pargo, dorada, corvina, meros o sargos), siendo su presencia 12 veces superior dentro que fuera, y fuera de la Reserva con tallas menores.

Estos resultados refuerzan la necesidad de crear Áreas Marinas Protegidas (AMP) con zonas de reserva integrales de pesca (no-take) como la del cabo de San Antonio tanto para asegurar la persistencia de la pesca y mejorar los rendimientos pesqueros fuera de las zonas de reserva como para preservar áreas con un ecosistema marino lo más intacto posible para favorecer actividades de recreo -como el buceo recreativo- y la investigación.

Cabe mencionar que el “efecto reserva” (que en aguas cercanas a las protegidas se pesque hasta 5 veces más que antes de crear una reserva) se basa en mantener individuos muy grandes dentro de las áreas protegidas, para ello, cuanto más grande sea una reserva, mayor será el efecto fuera de ésta -se pescará más-. Hemos de indicar que in incremento en el área de “no pesca” de la Reserva del Cap de Sant Antoni generaría una mayor repoblación en zonas aledañas y consecuentemente mayores capturas. Estos individuos muy grandes que se desarrollan en el interior del área protegida tienen una capacidad reproductiva mucho mayor que el mismo peso en individuos pequeños o medianos, por lo que si queremos recuperar capacidad productiva en el mar tenemos que asegurar que se mantiene una parte de la población de peces con grandes tallas, y la única manera de asegurarlo es mediante la creación de estas áreas marinas protegidas.

 

Si tenemos en cuenta la importancia cultural y de provisión de alimento que tiene la pesca, la tendencia continuada en la disminución de las capturas en las últimas décadas (tanto en pesca artesanal costera como en pesca de arrastre en aguas más profundas) y que la creación de Reservas Marinas es efectiva para recuperar esta capacidad de pesca, con un coste-beneficio claramente positivo ¿a qué esperamos?

 

Figura 3. Para mantener una elevada capacidad de reproducción de las especies marinas tenemos que mantener individuos muy grandes, que tienen mucha más capacidad de reproducción que el equivalente en individuos pequeños o medianos. Y la única manera de asegurar que mantenemos individuos grandes es mediante la creación de una red de reservas marinas de interés pesquero que sean suficientemente grandes (alrededor de 1.000 Ha para reservas costeras) y que ocupen entre el 10 y el 30% del territorio marino. Dentro de estas áreas de reserva se pueden realizar algunas capturas selectivas con determinados artes que no comprometan los grandes individuos de las especies objetivo. Imagen modificada de Barneche D, Robertson DR, White CR, Marshall DJ (2018) Fish reproductive-energy output increases disproportionately with body size. Science. 888 (8888) DOI 10.1126/science.888.8888.88

 

 

Figura 4. En esta figura se muestran con puntos rojos dónde se han realizado los censos visuales.

Figura 5. Comparación de la abundancia (izquierda) y el peso (biomasa, derecha) de peces dentro de la Reserva y fuera (zonas control). Se observa cómo el número de individuos es bastante mayor dentro de la Reserva que fuera de ésta. En estas gráficas se muestran todas las especies, las de interés comercial y las que no tienen interés comercial.

Figura 6. Comparación de la abundancia (izquierda) y el peso (biomasa, derecha) de peces DE INTERÉS COMERCIAL dentro de la Reserva y fuera (zonas control). Se observa una diferencia abismal entre fuera y dentro de la Reserva, tanto en el número de individuos (abundancia) y el peso total (biomasa.

 

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