El proyecto “Construint Memòria” de la Generalitat rinde homenaje a los dianenses encerrados en campos de concentración nazis

La consellera de Justicia, Administración Pública, Reformas Democráticas y Libertades Públicas, Gabriela Bravo, presidió ayer el acto de homenaje de la Generalitat Valenciana a las víctimas dianenses de los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Acompañada por el alcalde de la ciudad, Vicent Grimalt, y el director general de Reformas Democráticas y Acceso a la Justicia, José García Añón, Bravo entregó a los familiares de Jaime Crespo Vengut, José Ramis Grimalt, Vicent Pérez Bolufer y Asensio Vives Roselló unas baldosas-homenaje con los nombres de las víctimas dianenses.

Esta acción forma parte del proyecto “Construint Memòria” que, coincidiendo con el primer aniversario de la Ley de Memoria Democrática y para la Convivencia de la Comunidad Valenciana, ha impulsado la Generalitat para recordar y rendir tributo a los valencianos y valencianas que lucharon por la libertad y fueron víctimas de la cautividad nazi durante la Segunda Guerra Mundial, tal y como recordó el director general de Reformas Democráticas y Acceso a la Justicia. Con este objetivo, la Generalitat Valenciana ha diseñado, producido y está distribuyendo más de 600 baldosas con los nombres de todas y cada una de las víctimas y entregándolas a los familiares y los ayuntamientos de sus localidades de origen.

En su intervención, el alcalde de Dénia recordó que en abril de 2018, el ayuntamiento, desde el Archivo Municipal y con la colaboración de los familiares de las víctimas, muy especialmente de Josep Antoni Ahuir, y de la asociación Amical de Mauthausen del País Valencià, homenajeó a los cuatro dianenses que, después de haber luchado en el bando republicano durante la Guerra Civil, pasaron a Francia, “donde, en lugar de encontrar una puerta a la libertad, fueron confinados en campos franceses” y, después de la ocupación nazi en Francia en 1940, fueron deportados al campo de Mauthausen y al subcampo de Gusen.

Asensio Vives Roselló, murió en el campo después de 7 meses de internamiento con 45 años de edad; Jaime Crespo Vengut, después de cuatro meses internado, muere a los 50 años; y José Ramis Grimalt murió a los 47 años después de resistir dos años y cinco meses el horror del campo de exterminio. El único superviviente fue Vicent Pérez Bolufer, liberado en 1945 con 31 años de edad, después de haber estado cautivo cuatro años y un mes. Pérez Bolufer se exilió en Francia, donde consiguió reunirse con su familia tres años después del final de la Segunda Guerra Mundial y murió al 1956 en un trágico accidente, sin haber vuelto a la ciudad que lo vio nacer. No obstante, sus hijos cumplirían años después su deseo y hoy en día, los restos de Pérez Bolufer reposan en Dénia.

“Cuatro vidas truncadas por la guerra, el horror y la injusticia –señaló Grimalt- que, gracias a la lucha para recuperar la memoria histórica que está llevándose a cabo desde las administraciones, asociaciones y familias de las víctimas, permanecerán en la memoria colectiva”.

La consellera Gabriela Bravo incidió en el hecho de que todos aquellos españoles que salieron del país buscando un futuro mejor y huyendo de la muerte nos recuerdan la situación que hoy en día sufren miles de refugiados. Esas personas, aquellos vecinos de nuestras poblaciones, “hubieran necesitado el apoyo de los países democráticos, cosa que es importante recordar ante las actuales posiciones insolidarias hacia las personas inmigrantes, frente a corrientes populistas, demagógicas y los nacionalismos exacerbados”. “Aprendamos la lección, rescatemos esta memoria, recordemos la ignominia y la intolerancia de aquel momento y construyamos una sociedad más solidaria”, concluyó Bravo.

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