Gent de Dénia (opinión) : Cuando el poder te aleja de la realidad y te sientes inmortal
GENT DE DÉNIA anima a los concejales gobernantes a revisar sus actitudes y salir de sus cavernas ideológicas
Venimos de una pasada legislatura muy difícil, incluso con una pandemia mundial, que para la sociedad dianense supuso una etapa en la que, paradójicamente, la convivencia fue valorada como nunca antes, a pesar de que nos pasamos una buena temporada sin podernos ver la sonrisa detrás de las dichosas mascarillas, o quizá precisamente por eso aprendimos a valorar la convivencia.
Los concejales electos del consistorio de Dénia realizaron infinidad de reuniones, presenciales o mediante teleconferencias, buscando consensos y las mejores vías para ayudar a la población. GENT DE DÉNIA y Ciudadanos aportaban propuestas y soluciones con todo tipo de Mociones a pesar de estar en la oposición. Todo este trabajo tuvo un reconocimiento público generalizado, a pesar de que las concejales naranjas finalmente pagaran los errores cometidos por su partido a nivel nacional viéndose fuera de la siguiente legislatura. Afortunadamente, unos y otros se han encontrado bajo las siglas de GENT DE DÉNIA y la labor continua.
¿Pero qué ha pasado entonces para qué los concejales hayan perdido ese buen talante y vuelvan a sus cavernas ideológicas o, peor aún, a sus cavernas electorales? El equipo de gobierno muestra un nulo interés en la búsqueda de consensos, confiado en su mayoría en los Plenos. Pase lo que pase se hará lo que ellos digan. Precisamente en esas circunstancias es cuando se debe demostrar la talla política. Son circunstancias para no olvidar que la política es el arte de llegar a acuerdos.
Pero vemos que lo que su mayoría les inspira es a descalificar a todos los demás con calificativos y tópicos como “Ultraderecha y derecha ultra”. Peor aún, el concejal Scotto calificó como “Gent de vox” al único partido que lleva más de 40 años defendiendo la política pragmática y de centro sin depender de consignas autonómicas o nacionales. GENT DE DÉNIA lleva décadas viendo emerger y caer a toda la pléyade de personajes grandilocuentes de los partidos nacionales, caen porque carecen de la talla de verdadero político, solo son herramientas útiles para quienes les mueven los hilos. Ni siquiera saben reconocer sus propios errores y consideran un gesto de máxima generosidad decir, “No tengo inconveniente en disculparme”. Disculpe que no nos rompamos las manos en aplausos.
Salgan de sus cavernas, abran los ojos a lo que quiere Dénia. No se queden en lo que les vitorean sus palmeros, eso es el principio del fin. Y, sobre todo, dejen a un lado las consignas dictadas desde Valencia, Barcelona o Madrid, están fuera de lugar en la política municipal, no interesan.
Sr. Scotto, dele una vuelta a su prepotencia. Estar permanentemente instruyendo a los demás sobre lo que tienen que hacer y cómo deben actuar solo le pone en evidencia a usted mismo. Su partido tiene cada vez más esa costumbre de instruir a los demás y a hablar como si fueran los únicos legitimados para hablar en nombre del País o la ciudad, lo somos todos y ninguno. Mejor sería que se miraran al espejo y recapacitaran. Sus cargos duran lo que tarda en caer una papeleta en la urna, no lo olviden.