Vicent Grimalt: «La Dénia que despierta»
Afortunadamente gracias a mi trabajo de cara al público en la farmacia tengo la oportunidad de hablar todos los días con vecinas y vecinos de Dénia. Personas que me transmiten sus inquietudes, preocupaciones y problemas.
Entre muchas cosas, se lamentan de que en los últimos 7 años hemos perdido calidad de vida. Parece que la sensación es unánime: la imagen de Dénia se ha degradado, la ciudad ha sido dejada a su suerte y hemos sufrido una pérdida de población en muchos barrios.
Graves problemas que difícilmente un alcalde que no sale a la calle (en fiestas y similares no cuenta, ahí estamos todos felices y contentos) y no habla con sus vecinos puede conocer y solucionar. Si lo hiciera se daría cuenta de que la ciudadanía no reclama grandes obras de a millón la maqueta. Y menos si finalmente no llegan a ejecutarse mientras delante de sus ojos se dejan perder millones y millones en subvenciones de instituciones supramunicipales, tan necesarias para la mejora la calidad de vida de las y los dianenses.
Si vive usted en Dénia, estará de acuerdo conmigo en que la ciudad necesita sí o sí acometer el arreglo de calles y aceras, mejorar la limpieza, recuperar el patrimonio, mejorar los parques, solucionar los problemas de los excrementos de las mascotas, el asfaltado, las instalaciones deportivas, ampliar el horario de la biblioteca, etc.
Y como vivimos del turismo, estamos seguros de que esta recuperación reclamada en cada vecindario de la ciudad repercutirá muy positivamente en el turismo y la economía local.
Porque si una ciudad es buena para vivir para sus residentes, es buena para los que nos visitan.
Dénia necesita despertar. Necesita un proyecto centrado en mejorar esas pequeñas cosas que le otorgan notoriedad y distinción a nuestro municipio. Un proyecto basado en la participación y el consenso, a partir del diálogo con la ciudadanía. Un programa ilusionante que contenga compromisos y no promesas. Medidas ejecutables desde los primeros días de gobierno. Compromisos que han salido de la ciudadanía, a través de jornadas participativas y el contacto “tú a tú” a pie de calle. Un programa que contiene medidas para devolver la política a la gente y dignificar la alcaldía como un ejercicio de servicio a los demás y no a uno mismo. Un proyecto y un programa de todas y todos que solucione esas cosas pequeñas. Y de ahí, a las más grandes.
Trabajaremos desde el primer día con honradez, esfuerzo e ilusión para que los ciudadanos vuelva a ser la ciudad que la gente de Dénia merece.
Dénia necesita despertar y ponerse a trabajar.
Ha llegado el momento. Anem!