Finaliza el curso “Gestión emocional en el aula y prevención del acoso escolar, a través del programa pensando las emociones con atención plena” en la UNED de Dénia

¿Cómo hacemos para que las niñas y los niños se vuelvan personas competentes social y afectivamente?

Desde la perspectiva de este curso, se apuesta por la Filosofía para Niños (FpN), método basado en el diálogo y la reflexión a través de preguntas que los propios niños y niñas se hacen. La FpN convierte las preguntas que se realizan en procesos de reflexión. De este modo, el profesorado tiene el papel de guía (no de una persona que resuelve las dudas) y  les deja que construyan las respuestas a través de un diálogo conjunto.

Cuando están en la edad de 2 y 3 años, una de las primeras habilidades que se ha visto es la escucha y el diálogo. En esta edad, parten de estructuras narrativas auto-biográficas que les permiten comprender qué situaciones les han producido alegría, frustración, miedo o tristeza. Espontáneamente cuentan las experiencias y el profesorado contribuye a que ese relato sea escuchado. A partir de ese conocimiento experiencial se va construyendo la competencia, es decir, la habilidad para reconocer, expresar y controlar las emociones para lograr una relación armoniosa.

Además de la FpN, este curso también ha propuesto actividades de atención plena porque la evidencia empírica ha mostrado cómo estas técnicas contribuyen a mejorar las habilidades de autorregulación.

También se ha hablado del programa “Pensando las emociones con atención plena” (del que son autoras las ponentes: María Laura Quintanilla, Marta Giménez, Beatriz Lucas y Elena Gaviria) que ha sido puesto en práctica en distintos colegios. En algunos de ellos se incorporó como parte del programa curricular y se obtuvieron buenos resultados. Estos resultados han sido presentados durante este curso, porque para que la práctica educativa avance es fundamental que el profesorado y orientadoras/es sepan si los programas que ponen en práctica en el aula han sido evaluados y, por tanto, son eficaces. Parte de los resultados que se mostraron han formado parte de proyectos de investigación I+D. En ellos se ha probado la eficacia de la implementación del programa en contextos socioeconómicos y culturales distintos (i.e. niñas y niños de etnia gitana) con los que también se han obtenido mejoras importantes en conocimiento y regulación emocional.

Otro de los aspectos que se han abordado en las ponencias es la vinculación de las habilidades socio-emocionales y la prevención del acoso escolar. En este sentido, el curso de verano ha propuesto, por una parte, ofrecer un panorama sobre claves para detectar el acoso y factores facilitadores y protectores. Y, se presentó un taller práctico dirigido a la prevención del acoso.

Finalmente, otra de las sesiones se ha dedicado a la empatía, uno de los conceptos que es utilizado en muchas ocasiones como la clave para explicar los problemas de las relaciones sociales. Se exploró cómo la habilidad para ponerse en la piel de la otra persona y que suele ser utilizada para acompañar, también puede ser utilizada para lo contrario, es decir, para convertirse en una herramienta que desvela los puntos débiles de la víctima.

En definitiva, el curso de verano “Gestión emocional en el aula” se ha concebido como una plataforma que tiene dos objetivos: 1) motivar a los asistentes a reflexionar sobre la necesidad de la promoción de las competencias socioemocionales en niñas y niños, y 2) dar a conocer entre los profesionales de la educación un programa de intervención que ha mostrado ser eficaz en diferentes contextos socio-económicos y culturales.

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