La Marina Alta quiere un turismo rural respetuoso, ordenado y sensible


El interior de la Marina Alta tiene un gran potencial turístico, pero su explotación debe ser radicalmente diferente del modelo implantado en la costa. Grupos reducidos de visitantes, dirigidos a zonas y actividades bien definidas y con contrastado atractivo, sería el ideal de este turismo que, además, debería desarrollarse alrededor de una oferta global y única basada en la autenticidad cultural y territorial. La gastronomía es considerada el elemento clave para este turismo rural, que debe ser ordenado y respetuoso con el entorno.

Estas serían algunas de las conclusiones del taller sobre turismo convocado por la Oficina de Innovación y Creatividad, encargada del proyectos ligados a la Ciudad Creativa de la Gastronomía, que ha reunido en Dénia a responsables de las Tourist Info de Gata, Teulada, Benissa , Xaló, Els Poblets, Pego, Xàbia y Dénia.

La incorporación de Dénia a las Ciudades Creativas de la UNESCO puede beneficiar toda la comarca, y por tanto, desde los departamentos de Turismo debe estar preparado para actuar. Creen que, a medida que avance la recuperación del sistema agroalimentario, se deberá diferenciar el reconocimiento de la UNESCO en la ciudad de Dénia del proyecto Dénia & Marina Alta Tastinglife, si bien ambos formarían parte de un mismo tronco. Al proyecto se le da un perfil de base económica y cultural con suficiente capacidad para despertar el interés social y político. En este sentido, se hará posible la visibilidad de la Marina Alta como territorio conjunto de atracción turística, más allá de la marca consolidada de las poblaciones del litoral.
Sin embargo, el turismo que se desea para el interior «no es un turismo de autobuses», como gráficamente se señaló en la reunión. La restauración y preservación del paisaje agrícola y forestal, la protección del patrimonio rural y la actividad normalizada del sector primario serán los principales reclamos de un turismo con características muy específicas. Se trata de organizar un sector que puede ser determinante para revitalizar la economía del interior de la comarca, aunque se debe actuar con prudencia para mantener el equilibrio entre un paisaje de gran valor y el explotación turística sostenible. Las oficinas de turismo se comprometen a trabajar conjuntamente y coordinarse para conocer los recursos de cada población y establecer unos criterios comunes a la hora de plantear visitas, rutas o actividades experienciales. Serían, en cualquier caso, actuaciones restringidas, a la carta, y diseñadas en torno a la gastronomía y el patrimonio agrario y natural. Un turismo de raíz diferente -y al mismo tiempo complementario-, al modelo de la costa, un turismo selectivo y selecto, un turismo de «gourmet» para un paisaje gastronómico, la Marina Alta. En esta línea, se tiene el convencimiento de que un turismo concienciado y respetuoso puede ser un agente más de dinamización del sector rural, que anime a los emprendedores a invertir en proyectos agroalimentarios con garantías de rentabilidad. En la reunión se habló también de buscar una imagen paisajística del conjunto de la Marina Alta que supere las fronteras locales; crear un sistema de indicadores de productos agroturísticos que avale la autenticidad y sostenibilidad de las actividades; pedir a ayuntamientos e instituciones normas efectivas de protección del patrimonio rural (los márgenes de piedra seca o edificaciones tradicionales); y hacer de los restaurantes y hostales de los pueblos del interior, referentes de la cocina autóctona, tradicional y popular. Las posibilidades del turismo responsable abordarán en otro taller que la Oficina de Innovación y Creatividad está organizando y en el que se invitará a participar a las empresas privadas vinculadas al sector.
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