ZAS Calle Loreto o como matar la gallina de los huevos de oro
En primer lugar quisiera resaltar que en un principio, le dimos un voto de confianza al señor Crespo, concejal de medio ambiente, en la aprobación preliminar del ZAS de la calle Loreto, porque se comprometió a reunirse con los hosteleros y demás partes implicadas en el mismo.
Pero nuestras sospechas se han visto confirmadas en la propuesta final que aprobamos en el pleno del mes de mayo. No ha tenido en cuenta ninguna de las alegaciones presentadas por las partes implicadas. Ni las de la Asociación de Comerciantes de Calle Loreto – Centre Históric, ni las de AETHMA. Esa es su predisposición al dialogo y al consenso.
Partimos de la premisa de que las quejas vecinales deben ser atendidas y que el Ayuntamiento como máxima institución debe velar para que el derecho al descanso sea respetado.
Ahí es donde ha fallado el Ayuntamiento. Ahora propone aplicar unas medidas correctoras que ya están aprobadas en otras ordenanzas y disposiciones.
Por ponerle algunos ejemplos:
1.- Propone una mayor presencia policial para que se vigile el horario de cierre, el número de mesas y sillas. ¿Qué quieren decir, que hasta la fecha la policía no se encargaba de esa vigilancia? ¿Que no se estaba velando para que eso ocurriera? ¿Cuando se recibieron las primeras quejas vecinales, no se realizó ninguna intervención para atenderlas?
Parece ser que no. ¿Y ahora aprobando este ZAS la presencia policial para comprobar que se cumpla las nuevas medidas será esta vez cierta y efectiva?
2.- En segundo lugar, propone el autocontrol acústico revisando las licencias municipales, con el objeto de hacer cumplir las condiciones establecidas en ellas, ¿quieren decir que en estos momentos no se están realizando estas supervisiones? ¿Que con una licencia de actividad se está realizando otra? ¿Nadie del Ayuntamiento se encarga que esto no ocurra?
Parece ser que no.
Y así podríamos seguir y seguir, pero lo realmente importante es otro tema que no se ha tenido en cuenta, o por lo menos así parece.
El actual equipo de gobierno carece de un proyecto de ciudad definido y es aquí donde empiezan los problemas. Como todos sabemos, poco a poco nuestra ciudad ha ido saliendo de la burbuja de la construcción para dirigirse hacia la excelencia en el mundo de la Gastronomía. El galardón de la Unesco de la Ciudad Creativa de la Gastronomía, es solo la punta del iceberg.
Es la cima de todo un entramado social y empresarial con el cual Dénia está saliendo de la crisis económica en la que hemos estado inmersos estos últimos años. La creación de puestos de trabajo gracias a la Gastronomía y todos los servicios afines que esto conlleva, esta revitalizando nuestra ciudad. Y ahora, de repente vamos a matar la gallina de los huevos de oro.
Vamos a ser restrictivos con lo que nos está donde oxigeno. Porque si ahora actuamos en la Calle Loreto, a continuación se tendrá que actuar en otros puntos conflictivos de nuestra ciudad.
Y no hace falta que les diga lo que ocurriría si al final siguen adelante con su intención de peatonalización definitiva de la calla Marques de campo. Con su política actual, en dos años un ZAS y a continuación, lo único que podemos esperar es el cierre de negocios con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo.
No creemos viable que nuestra ciudad pueda subsistir con la creación de un banco de tierras y esto nos dé de comer a todos.
No entendemos esa actitud beligerante hacia los empresarios de nuestra ciudad. Da igual de que sector sean, para este equipo de gobierno el empresario es el enemigo.
Y aun más nos sorprende la actitud pasiva del Alcalde, a la vez concejal de Turismo. No puede permitir que esto ocurra. Dénia vive del y por el turismo y eso no es política de casino. Es una realidad. Usted ha visto lo que significa nuestra ciudad dentro del circuito gastronómico tanto nacional como internacional.
No podemos restringirlo, debemos eso sí, regularlo para que sea perfectamente compatible con el bienestar de los ciudadanos. Debe asegurarse que el Ayuntamiento disponga de los medios suficientes para que el establecimiento que no cumpla con la legalidad se atenga a las consecuencias.
Pero no podemos demonizarlos a todos.
Hace pocas fechas, estuvimos reunidos con Francesc Colomer, secretario Autonómico de la Agencia Valenciana de Turismo, y nos contó que siendo Alcalde de Benicassim se aprobó un ZAS que fue la ruina de la ciudad. No me lo invento, usted lo escucho igual que yo, Sr Alcalde. Pero le daremos más datos.
En un artículo de Opinión de Francesc Colomer en el Diario de Mediterráneo, exponía “que aplicar el café para todos sin distinguir legales de alegales, ni tipologías de locales, no fue un buen enfoque”. Precisamente lo que va a ocurrir en esta declaración de ZAS. Además concluye, “queremos ser un municipio turístico de calidad. Para ello resulta imprescindible fortalecer un tejido empresarial profesionalizado. Nuestra opción son los buenos empresarios y emprendedores que arriesgan por la ciudad porque creen y se comprometen con esta. Es decir, aquellos que han cuidado y cuidan sus negocios integrándose bien en el entorno urbano. Aquellos que han invertido adaptando sus locales a las normas.
Creo que queda bien claro. Hay que ir a por el que incumple no a por el que cumple, y en eso el ZAS es incompatible. Va a por todos. Buenos y malos, legales e ilegales.
Un año después a su primer artículo, el Sr. Colomer, y lo sigo citando, es entrevistado en el Levante –EMV y a la pregunta de para que ha servido el ZAS su respuesta fue contundente. “pues sinceramente, para hacerle un gran favor a la competencia, porque ha enriquecido a otro municipios. La ZAS ha sido dañina para muchos”.
Como concejala delegada de la Ciudad de la Gastronómica y anteriormente concejala de Turismo, no puedo estar más de acuerdo con estas declaraciones. Suscribo una por una todas ellas.
Por ese motivo proponemos que se quede la aprobación definitiva de este ZAS sobre la mesa para que mediante reuniones con los empresarios de las calles Loreto, vecinos, concejalía de seguridad ciudadana y licencias se establezca un protocolo de actuación para evitar que se incumplían las ordenanzas municipales y que, el que no cumpla, se arriesgue al cierre. Pero al que cumpla, no podemos castigarlo, porque al final castigamos a nuestra ciudad.
Pepa Font Reus
Concejal Delegada Ciudad Creativa de la Gastronomía
Portavoz Grupo Municipal GD-CU